CÓMO ENSEÑARLO A JUGAR SOLO
Pocas ocasiones son tan esclavizantes para una madre como un niño que no sabe entretenerse solo, que exige su atención continua y su participación activa en todos los juegos, hasta que empieza a ir al jardín de niños.
El bebé que no sabe jugar solo, por ejemplo, establece una relación tan dependiente de su madre, o de la persona que lo cuida la mayor parte del tiempo, que le resulta mucho más dolorosa la separación de ella cuando tiene que empezar a ir a la escuela.
Además, adquiere la falsa impresión de que es obligación de todos los adultos que le rodean dejar cualquier cosa que estén haciendo para jugar con él. Cuando en el jardín de niños se da cuenta de que la maestra no concentra su atención en él, sino que la divide entre todos los otros niños, se siente frustrado y asustado. Lo hace sentir que la escuela es un lugar hostil y frío. Y esta impresión puede perdurar a través de todos sus años escolares.
Cada niño es diferente
Hay niños que nacen con una capacidad natural de autosuficiencia. Desde pequeños tratan de hacer las cosas por sí mismos y procuran ir dependiendo cada vez menos de los adultos que les rodean. Tienen un espíritu independiente y aprenden a jugar y a entretenerse solos, en forma espontánea, sin ayuda de nadie. Hay otros, en cambio, a quienes les encanta la dependencia. Pretenden, y esperan, que les hagan todo, que los demás satisfagan todas sus necesidades, físicas y emocionales, incluyendo las de diversión.
Entre estos dos extremos hay una amplia gama de personalidades infantiles diferentes, formada en su mayoría por bebés indecisos, que no saben qué les satisface más: si la dependencia o la autosuficiencia, o de bebés que manejan ambas cosas a su capricho y conveniencia.
Esta tendencia de carácter suele revelarse a edad muy temprana. Si tú, mamá, observas con atención a tu hijo, no tardarás en descubrirla.
El autosuficiente, es el bebé que, después de los seis meses, puede pasar de diez a quince minutos despierto en su cuna, viendo el móvil que hay en ella, o jugueteando con un muñeco o simplemente haciéndolo con sus pies y manos.
El dependiente, es el bebé que llora y exige tu presencia en cuanto despierta, y no resiste estar solo ni un momento, aún al estar cómodo, limpio y bien alimentado.
Los del otro grupo, el más amplio de todos y al que llamaremos de los “indecisos”, a veces resisten la soledad por varios minutos y otras muchas lloran y se desesperan si no te ven a su lado en cuanto abren los ojos.
Qué hacer en cada caso
Si eres de las madres que tiene un hijo autosuficiente por naturaleza, no tienes que hacer casi nada, excepto disfrutar de la libertad que da un niñito que sabe entretenerse solo, y alentarlo a que siga haciéndolo.
Si tu hijo es dependiente o indeciso, ayúdalo a descubrir el placer incomparable de la independencia y de los momentos de soledad, siguiendo las sugerencias que te ofrecemos en estas páginas.
LO QUE PUEDES HACER PARA ALENTAR A TU HIJO A JUGAR SOLO
PREPARA LUGARES COMODOS Y SEGUROS PARA QUE EL JUEGUE
Ten ciertos rincones de la casa donde el bebé pueda jugar tranquilo y sin peligros. Puede ser en su propio dormitorio o en el tuyo, por ejemplo. Asegúrate de que en esas áreas no haya muebles con los que se pueda golpear, ni cosas que pueda jalar y que le caigan encima. Y aunque esté jugando solo, procura estar cerca de él, ocupada en tus propias cosas, de modo que puedas verlo y oírlo todo el tiempo.
PROPORCIÓNALE JUGUETES PARA ENTRETENERSE
En el dormitorio de él puedes tener una caja con cubos de madera y dos o tres juguetes más que él pueda maniobrar. No le pongas exceso de cosas, porque sólo lo abrumarás y terminará por no saber qué hacer. En la cocina, ten también una caja con cosas que no pueda romper y que estén sobrando, como tazas de plástico, tapas de recipientes, cucharas, coladeras y cosas así, todas de plástico para que no se lastime. El se entretendrá metiéndolas y sacándolas, golpeándolas y dándoles nuevos usos.
JUEGA CON EL Y ENSEÑALE EL USO DE LOS JUGUETES
Aunque parezca extraño, son los niños con los que los papás han jugado, los que aprenden más pronto a jugar solos. Pero nos referimos a los papás que se concentran en los niños totalmente cuando juegan con ellos.
Este tipo de progenitores son maestros excelentes en la actividad más importante para el desarrollo del bebé: el juego.
Si una mamá juega con su hija a la “comidita” con los trastes infantiles que tiene la pequeña, ésta aprenderá para qué sirven y no tardará mucho en jugar con ellos en la misma forma, ya sin intervención de mamá.
Si papá le enseña al niño cómo hacer una torre con sus cubos, el pequeño podrá intentar imitarlo cuando lo dejen a solas con el mismo material que usó su papá. Como estos ejemplos, hay muchos más. No basta con comprar juguetes a un niño. Hay que enseñarle cómo usarlos, para alentarlo a que juegue solo con ellos.
LO QUE NO DEBES HACER
- No trates de dirigir los juegos que tu bebé organiza. Deja que él juegue como quiera.
- Nunca te burles ni te rías de los juegos que inventa el pequeño; mientras no corra peligro en alguna forma, todo es válido en el juego infantil.
- No dejes solo al bebé. Mantenlo al alcance de tu vista, pero ocúpate de tus propias cosas y no intervengas de ningún modo en el juego solitario.
- No des nunca a tu hijo la impresión de que quieres que juegue solo para librarte de él, o porque te molesta tener que dedicarle tiempo.